Desandando pasos tristes
Me encontraste en el peor de los infiernos,
en el del descreimiento…
si pudiste entrever algo ahí, es porque nunca dejo de ser
así de transparente,
Aún cuando parece
Que el mar se encuentra
Tan revuelto…
Desanudando un corazón que, apretado,
se resiste todavía, a abrirse sin reservas.
Entregarse a tus caricias
es como probar,
de nuevo,
que el cuerpo hable y la mente perciba,
ensimismada,
el encastre. La tremenda suavidad.
Desmenuzando los miedos.
Transformándolos en polvo,
que se esparce y desaparece;
sin dejar huellas.
Descubro, no sin algún dejo de tristeza,
que aún quedan
viejas marcas en mí.
Modos de ver. Sensaciones.
Aún me falta un tramo
de recorrido escabroso;
con muchas preguntas sin responder.
Y alguna que otra certeza resuelta:
Que te quiero.
Con la panza, te quiero.
Que me sonrío sola pensándote
Que me hace feliz tu llegada.
Aunque no sea perfecta.
O justamente porque no es perfecta.
Porque esas sutiles imperfecciones,
Te acercan a mí,
Te humanizan.
Me reconforto creyendo
que tenemos nuestro tiempo
para descubrirnos en la imperfección,
para sabernos juntos,
probando.
Esto que conforma el ser dos.