domingo, 20 de marzo de 2011

Domingo

Empujar los límites, como nunca antes.

Llegar lejos, donde no creía que hubiera posibilidades de exploración.

Perforar las paredes de mi propio infierno, recreándolo en mil sentidos distintos.

Saberme la persona más vulnerable de todas,

la fragilidad encarnada, el tiempo que pasa lento y acuchilla cada centímetro de la piel.

El río de lágrimas, que se sube por mi panza, me hace cosquillas en los costados, y explota de todas las formas posibles en mis ojos.

Lágrimas, agua, pura. Agüita que cura la pena.

Penas.

Entrar dentro del cuerpo, desplegar un mundo de desencuentros,

Y saberme tan perdida como al principio.

Crisis.

Ahogar las penas en lágrimas.

Mirar a la nada, aunque haya delante tanto mundo.

Mirar el mundo, con pocas ganas de hacerle frente.

Cuando diluvia en mi mundo chiquito,

Prefiero hacerme ovillo y quedarme quieta. A ver si el mundo deja de girar.